Ni qué decir, el gusto por el invierno empieza por acabar en una trágica verdad...se está acabando la época de paz para mi cabeza. Como mis fieles lectores ha de recordar, soy una persona que sufre de dolores un poco fuertes de cabeza por el calor grosero que vivimos en México, y ahora con el cambio climático...siento que va de mal en peor.
Creo que tendré que hacer ricos a los que hacen la bendita Aspirina, ya que tendré que volver a consumirlas de vez en cuando para aliviar el pesar de mi ser, aunque también pensándolo bien, se podría tratar de dolores de parto. Así es, dolores de parto, ya que en mi mente ronda mi libro por venir Los saberes existenciales. Me atormenta a diario.
Les adelantaré un poco de ese libro. No habrá personajes en esta ocasión, solamente vendrá un exclusivo contenido sobre la existencia. Redactado de forma sencilla y fácil de entender, este libro presume de ser una de las tantas curas que pretendo obtener para la angustia, tal como lo había comentado en entradas anteriores.
En fin, sea por el clima o por el libro, mi cabeza estalla cual si se tratase de una bomba...añadiéndole que la gente, mis queridos conciudadanos, no ayudan mucho al incrementar su constante presencia hacia mi ser. Es que acaso no han oído que tanta terquedad puede llegar a afectar a terceros sin consideración alguna? Creo que no.
Hasta pronto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario