13 sept 2009

Cuando de aburrirse se trata


Mmm no cabe duda que esta semana fue algo "entretenida", me he divertido de una forma inexplicable. Siendo franco...aborrecí la semana como ninguna otra antes.

Ya terminé un libro, uno que de hecho me recomendaron (el mismo autor), no puedo decir que fue lo mejor por que mentiría descaradamente y no puedo decir que fue lo peor por que no tengo ningún derecho para hacerlo, pero con sinceridad...preferiría haber hecho otra cosa.

El jueves asistí como visitante sorpresa a las clases vespertinas de mis alumnos, nunca pensé ver el comportamiento atrevido de unos de ellos. Demostraron que la edad no borra la idiotez, provocando en mi persona un enojo profundo. Aunque sé que no podrán entender todas las cosas que les dije, me guardo la fe en algunos de ellos que espero sean distintos. Ya tengo a dos seleccionados para tratarlos de forma especial.

Aproveché para platicar con uno de ellos, el cual se veía algo perturbado. Debido a que es algo parecido al secreto de confesión, no expondré las cosas que me dijo, pero con decir que al terminar la conversación se veía un poco más motivado me basta.

El viernes pues fue distinto, en vez de estar con mis alumnos, me dediqué a ayudar en el traspaso de muebles de una casa a otra, con mis colegas de Arenales, los cuales se han convertido en unos excelentes amigos...y cuando digo excelentes, me refiero a todo el sentido de la palabra. Amigos que desgraciadamente la vida no me ha podido presentar en personas de mi edad. Pero con tener a ellos a mi lado me basta...no necesito gente idiota inmadura, con saber que existen me basta para perder fe en que un día aparecerán. Aunque debo aclarar, sí tengo unos amigos de mi edad, pero ellos son tan importantes para mí, que no me gustaría involucrarlos cuando menciono a los demás. Al terminar toda la ardua labor, cerramos las puertas de la casa...y nos llevamos los recuerdos, que en palabras de uno de mis amigos, Aarón, "Siempre existirán en la memoria ratos agradables como desagradables".

Partimos con dirección a la otra casa, con el buen Capi al volante. Nuestra frustración por culpa del señor de la mudanza se incrementó de una manera impresionante cuando decidió dejar de seguirnos y tomar "otro camino". Lo bueno es que la Santa Virgen nos acompañó en nuestro regreso y pudimos llegar a muy buen tiempo. Ya en la casa, se acomodaron los muebles, descansamos un rato, esperamos a otro colega nuestro, Jorge El Cata y nos permitimos ir a cenar. Creo que las pizzas fueron muy de nuestro agrado ya que ninguno nos quejamos de nada, tuvimos que esperar mesa y pudimos reír un poco cuando a un amigo nuestro lo confundieron con mesero...

Ya el Sábado, pues regresamos a nuestra casa a realizar nuestra labor en el Club Arenales. Llevé unos tamales para desayunar. A mis alumnos les pasé una presentación sobre la WWE (Lucha gringa), asombrados y un poco emosionados, terminaron por admirar la belleza estética de las Divas...que en verdad son Divas!!!
Aarón prosiguió con una breve charla sobre los valores y pues espero los chavos hayan aprendido eso, ya que es algo importante en la época tan...patética en la que vivimos.

Proseguimos después con los talleres, unos jugaron a Jenga, otros comenzaron a armar algunos aviones y pues otros tuvieron que empezar con el periodismo. Espero esos últimos hayan cumplido con visitar este humilde blog, ya que es parte de su formación. Mientras unos colegas se fueron a una reunión con los padres de familia, yo le tuve que hacer de nana de algunos chavales. Con ellos descubrí que no es nada sano para mi salud mental estar soportando los ataques de estupidez que les dan...se salvaron de verme realmente frustrado.

Pasando de las 4 de la tarde, tuvimos nuestra meditación con el Padre, realmente no la disfruté como lo hubiera hecho normalmente, debido a que ya estaba muy cansado y el sueño me estaba ganando. Pero eso si, me sirvió mucho para reflexionar sobre el poder de la oración. Terminando, platiqué con un joven que quería compartirnos sus experiencias vocacionales...y la verdad quedé admirado de él.

Y ahora en domingo...estoy aquí, en mi departamento, soportando la soledad dominguera, el silencio abrumador del cuarto de estudio, redactando cosas que tal vez nadie lea, pero aún así sigo constante en esto.

Hasta pronto.

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