El sábado empieza a tener sentido para mí, no por que esté desarrollando a la perfección el existencialismo que gobierna mi preocupación hoy en día, ni tampoco por que haya dejado de haber gente estúpida...sino por que me acerco más y más a mí vocación...pero sigo esperando ver si es cierto lo que creo.
Creo que hoy mi tertulia no fue mucho del agrado de mis alumnos, la verdad no lo fue ni para mí, culpa de los malditos virus que corrompieron la memoria de mi lap...provocando que fuera formateada y por lo tanto todas mis presentaciones borradas, ninguna pudo salvarse.
Después al menos el ánimo regresó cuando mis alumnos de periodismo cumplieron con las tareas que les dejé la semana pasada. Aarón como siempre, preocupado por el orden, aunque se le nota cada vez más libre, eso es importante, ya que la vocación no significa esclavizarse a reglas inexistentes, se puede ser serio aún cuando se está riendo. Capi pues nada más hizo su presencia durante un rato, la emoción de él por el partido de mañana es más que notable. Luis Gabriel regresó por fin para poder dar inicio a su taller de fotografía. Toño, pues...digamos que estuvo con nosotros. El Cata simplemente estaba y desaparecía. Terminando nuestras respectivas actividades, proseguimos a satisfacer el hambre, unos tacos creo yo buenos para el momento, reímos un rato, salieron chistes inocentes pero muy buenos...la risa nos hizo relajarnos un rato no cabe duda de ello.
Creo que terminando la meditación del día de hoy, me iré a casa y proseguiré leyendo un libro que acabo de adquirir, "El mundo de Sofía" del filósofo noruego Jostein Gaarder. La tarde se empieza a tornar agradable. De hecho, pareciera como sino hubiera más que hacer cosas comunes, pero distintas cada sábado que pasa. No hay síntomas de mis malestares...por el momento, y creo que hoy dormiré bien con el favor de Dios.
Hasta pronto.
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