27 abr 2010

Dolores de cabeza


Ni hablar, apenas ayer escribía sobre el último semanario de abril y ya todo avanza de un modo que no le puede detener. Ya es martes y todavía queda mucho por recorrer pero el tiempo abusa de su tiránica posición.

Siendo franco, la mañana tiene un olor de ausencia, de soberbia y de mucho capricho. Lo cierto es que no hay motivos para que no tenga ese aroma tan peculiar, y es que el vació que se genera sin la presencia de seres intelectuales caminando, el exceso de confianza de mis conciudadanos y la lamentable situación económica que nos hace ser renuentes con nuestros gastos no hacen más que darnos golpes de realidad tremendos.

El famoso Metro Bus de la ciudad, ya sea la linea de Insurgentes o el de Xola, cada día me decepciona más, cuando debería ser todo lo contrario y ser tomado como un bendito sistema "bien" planeado de transporte. Ahora a los citadinos nos cuesta 5 pesos usar los camiones del mencionado servicio. Lentos, abusivamente llenos y escasos...digo, tiene sus horas para el buen uso, pero desgraciadamente esas horas no duran ni un mísero minuto. Creo que con ese costo y mi billetera que carece de dinero, mejor es que me vaya a pie aunque al final del día termine con una migraña de las buenas. Sin duda Nietzsche erró cuando en una de sus cartas a Wagner llegó a decir:

"Las ciudades, tanto alemanas como italianas, atentan contra mí a diario, y es que con tantos carros con gente estúpida...mi ser sufre mientras yo recorro en trenes mí existencia"

Pobre desdichado...se ve que en verdad no le tocó algo como esto. Pero se le entiende, no había nada que le gustara al muchacho este.

Hasta pronto.

No hay comentarios: