Hoy por fin después de tanto esperar...mis pequeños alumnos de catecismo pudieron hacer su primera comunión. La verdad me sentí muy satisfecho de que la labor haya valido la pena, esos pequeños chavales me han convencido de eso.
Creo que este año pudimos hacer una organización mejor en cuanto a la distribución de comedores en la Iglesia de San Ignacio de Loyola (Siento algo de desagrado al saber la oscura historia que los ex-alumnos del ya instinto Colegio Patria tuvieron que aceptar respecto a esta Iglesia), pero pienso que los años que vienen podremos ver a más niños entusiastas recibiendo a Jesús. Espero sirva lo que estoy realizando en cuanto a Teología Católica durante mis días lluviosos, y alguno que otro sin luz por culpa del deficiente sistema energético del país.
Sin embargo en esta ocasión me tocó colaborar con el padre y con un amigo mío en la comunión, pude experimentar lo que se siente ser el que entrega a los feligreses el cuerpo de Cristo. Sin duda es algo que permite que la vocación crezca. Me preguntó si en verdad creyeron que yo era un representante de Dios. Espero que no para no tener que decepcionarlos. Aunque algunos colegas míos dicen que lo único que me falta es una túnica y estar calvo. Dios...ayúdame a que no sea la voluntad de ellos sino la tuya!!!
Un buen día para pulir cuernos a los pequeños diablillos. De hecho algo que me impresionó ver, fue a tanto miembro de la comunidad judía. Digo no es nada raro ver judíos en Polanco y menos si se trata del Sabath, pero pensé que ya no habían tantos en esa zona, con eso de que han emigrado. Aunque no tengo nada en contra de nuestros hermanos mayores de la fe, siento algo raro cada vez que me toca presenciar sus largas caminatas...espero nunca salgan aquí en México con un movimiento antisemítico.
Son buenas personas...en el fondo pero lo son.
Hasta pronto.
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