16 ago 2009

Los llanos de sal


Hace poco, tuve la oportunidad de conocer a un emigrante de origen húngaro. Su nombre Petrov...su ocupación: sobreviviente.

Empieza esto y la verdad no puedo acertar con las palabras para describir esta vivencia. Este hombre, de unos benditos 74 años, a primera vista es nada más un hombre blanco, con abudante barba, ojos penetrantes y acento desconocido. Pero cuando las ventanas del alma se abren, las historias resultan muy apegadas al sentimiento.

Petrov como lo he dicho, es un sobreviviente del caos, de una época carente de derechos, donde gritar por la libertad parecía nada más un eco que no sale de la cueva. Hungría es un país que sufrió mucho en los años pasados, una patria que lloraba por paz y que solamente obtenía tanques con sus disparos tenebrosos.

Al hablar de esos años, Petrov no podía ocultar una tristeza que jamás había tenido el horroso placer de conocer, un dolor que no entiende de razón y desesperación que no conoce la calma. Muerte, desolación, injusticia, genocidio...todo existió en la Hungría de los Habsburgo.

Por qué llanos de sal? simple...hubo tanta muerte en el país de los magiares, que no alcanzaba la tierra para sepultar a sus hijos, ya que esta o estaba debastada o simplemente ya no existía...Budapest se bañó en un lago de sangre perpetuo...y nadie actuó para hacer algo al respecto. La fotografía en ese momento fue simplemente macabra, cuerpos sin vida siendo cubiertos con sal.

Petrov me hizo recordar...que en tiempos de guerra, todo está permitido, menos sentarse a pensar por la paz. Esta no llegará cuando los hombres busquen sangre, que por supuesto no tardan en encontrar.

Hasta pronto.

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