24 may 2010

Desde Altas Montañas


Una vez más, es para mí un placer compartir con mi amables lectores, un poema de Nietzsche, la verdad es que me gusta mucho la forma de expresión y la profundidad de sus palabras. No por ello significa que disfruto de su filosofía...cabe aclarar.

Hasta pronto.

¡Oh mediodía de la vida! ¡Tiempo solemne!
¡Oh jardín de verano!
Inquieta felicidad de estar de pie y atisabar y aguardar:
A los amigos espero impaciente, preparado día y noche,
¿Dónde permanecéis, amigos? ¡venid! ¡Ya es tiempo!...¡Ya es tiempo!

¿No ha sido por vosotros por quienes el gris del glaciar se ha adornado hoy de rosas?
A vosotros os busca el arroyo, y hoy el viento y la nube
Anhelantes se elevan, se empujan hacia el azul,
Para atisbaros a vista lejanísima de pájaro.

En lo más alto estaba preparada mi mesa para vosotros:
¿Quién habita tan cerca de las estrellas, quién tan cerca de las pardísimas lejanías del abismo?
Mi reino ¿qué reino se ha extendido más que él?
Y mi miel ¿quién la ha saboreado?

¡Ahí ya estáis amigos! Ay, ¿es que no es a mi a quien queríais llegar?
Titubeáis, os quedáis sorprendidos ¡ay, preferiblesería que sintierais rencor!
¿Es que yo ya no soy yo? ¿Es que están cambiados mi mano, mi paso, mi rostro?
¿Es que lo que yo soy, eso, para vosotros, no lo soy?

¿Es que me he vuelto otro? ¿Y extraño a mí mismo?
¿Es que me he evadido de mí mismo?
¿Es que soy un luchador que se ha domeñado demasiadas veces a sí mismo?
¿Qué demasiadas veces ha contenido con su propia fuerza, herido y estorbado por su propia victoria?

¿Es que yo he buscado allí donde más cortante sopla el viento?
¿Es que he aprendido a habitar donde nadie habita, en desiertas zonas de osos polares, y he olvidado el hombre y Dios, la maldición y la plegaria?
¿Es que me he convertido en un fantasma que camina sobre glaciares?

¡Vosotros, viejos amigos! ¡Mirad! ¡Pero os habéis quedado pálidos, llenos de amor y de horror!
¡No, marchaos! ¡No os enojéis! ¡Aquí vosotros no podrías tener vuestra casa! :
Aquí, en el lejanísimo reino del hielo y de las rocas,
Aquí es necesario ser cazador e igual que las gamuzas.

¡En un perverso cazador me he convertido! ¡Ved cuán tirante se tensa mi arco!
El más fuerte de todos fue quien logró tal tirantez.
¡Pero ay ahora! Peligrosa es la flecha como ninguna otra, ¡fuera de aquí!
¡Por vuestro bien!

¿Os dais la vuelta? Oh corazón, has soportado bastante, fuerte permaneció tu esperanza:
¡Mantén abiertas tus puertas para nuevos amigos!
¡Deja a los viejos! ¡Abandona el recuerdo!
Si en otro tiempo fuiste joven, ahora ¡eres joven de un modo mejor!

Lo que en otro tiempo nos ligó, el lazo de una misma esperanza,
¿Quién continúa leyendo los signos, que un día el amor grabó, los pálidos signos?
Yo te comparo al pergamino, que la mano tiene miedo de agarrar, como él ennegracido, tostado.

¡Ya no son amigos, son...¿qué nombre darles?
¡Sólo fantasmas de amigos!
Sin duda ellos continúan golpeando, por la noche, en mi corazón y en mi ventana,
Me miran y dicen: ¿es que no hemos sido amigos?
¡Oh palabra marchita, que en otro tiempo olió a rosas!

¡Oh anhelo de juventud, que se malentendió a sí mismo!
Aquellos a quienes yo anhelaba,
A los que yo imaginaba afines a mí, cambiados como yo,
El hecho de haceres viejos los ha alejado de mí:
Sólo quien se transoforma permanece emparentado conmigo.

¡Oh medio día de la vida! ¡Segunda juventud!
¡Oh jardín de verano!
¡Inquieta felicidad de estar de pie y atisbar y aguardar!
A los amigos espero impaciente, preparado día y noche,
¡A los nuevos amigos! ¡Venid! ¡Ya es tiempo!...¡Ya es tiempo!

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Esta canción ha terminado, el dulce grito del anhelo
Ha experidado en la boca:
Un mago la hizo, el amigo a la hora justa,
El amigo de mediodía ¡no!, no preguntéis quién es
Fue hacia el mediodía cuando uno se convirtió en dos...

Ahora nosotros, seguros de una victoria conjunta, celebramos la fiesta de las fiestas:
¡El amigo Zaratustra ha llegado, el huésped de los huéspedes!

Ahora el mundo ríe, el telón gris se ha rasgado,
El momento de las bodas entre luz y tinieblas ha venido...

Friederich Nietzsche

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