13 dic 2009

Arqueología académica


Debo empezar diciendo que estoy muy decepcionado de la costumbre de mis paisanos. Hace apenas unas horas, visité una librería en busca de material para un ensayo que estaré presentando para el mes de Enero, con título "La eterna recompensa del ser", el cual lejos de ser un recopilatorio de saberes teologales, lejos de aparentar ser un discurso a los bienes celestiales otorgados por el Señor, será un ensayo en forma de crítica en cuanto a las actividades del hombre y cómo estas le inutilizan cuando abusan de ser absurdas.

Por qué menciono a mis paisanos? simple. En la librería donde me encontraba haciendo labor de arqueólogo académico, pude observar la conducta, las preguntas y los malesteres de unos de ellos. La conducta es referente a cómo se desenvuelven en un santuario del pensamiento, pensando que por estar sujetando en sus manos cualquier libro, revista o documento literario ya por eso son interesantes para los demás, asimilando ideas de modelaje y convirtiéndose en auténtincos maniquíes.

Ahora bien, las preguntas. Es interesante ver cómo el razonamiento universal que todo ser humano tiene directo acceso, es objeto de un inevitable cuestionamiento por parte de otros. A qué me refiero? pues nada más y nada menos que a esas preguntas que lejos de en verdad ser útiles o importantes son fastidiosas, dañinas e incluso ofensivas. Preguntas tales como:

>Disculpe, de casualidad tendrá un "libro" que no sea así como aburrido?
>Disculpe, no tendrá este "libro" en otra edición que esté más bonita?
>Disculpe, los libros de filosofía de qué hablan?
>Disculpe, por qué cuesta tan caro este libro? osea ni que fuera la gran cosa! (Haciendo referencia a "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha)

Y muchas más que preferiría no tener que redactar para no ofender a mis fervientes lectores.

Y cuando hablo de malesteres, necesariamente me refiero a los individuos que lejos de ir a buscar material literario que les ayude a crecer en espíritu, van a buscar otra cosa, tal como "ligar" a una chava, presumir de un conocimiento que por supuesto no tienen, presumir que han leído libros que ni siquiera existen y por supuesto...hechar el cafesito hablando en un idioma un poco modesto y bastante ofensivo hacia las persona que les rodean. Pero es normal, no puedo esperar más de ellos, solamente que un día encuentren en sus manos la posibilidad de poner fin a su desgraciable existencia. Más no tengo tanta suerte.

Espero poder pasar una tarde agradable, en compañía de mi nuevo libro "Pensamiento y su alteración social" del buen y distinguido James Von Ridlestein (Tan distinguido que es la primera vez que le escucho hablar, esperando que la recomendación de un colega no me haga atacar a la comunidad judío-germana).

Hasta pronto.

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