Veamos, por el poder de la intención sana de molestar a quienes son culpables de los crímenes mencionados a continuación, pido al Supremo Señor del Pensamiento (Dios, incrédulos), me ilumine para dar con las palabras afortunadas para comentarlos. Que la serenidad del alma del que reflexiona, me llene de entusiasmo poco notorio para esta labor. Amén.
No es un crimen entrar a la bibloteca, el crimen es entrar y encontrar a puro lector populista (Esto quiere decir, entrar y encontrarse con personas que consideran cultura leer libros populares).
No es un crimen entrar a una Iglesia, el crimen es entrar y econtrar a puro disque creyente que solamente reza lo que dice la hojita. (Esto quiere decir, que no saben oraciones propias o de un devocionario puro, se limitan a rezar cosas que incluso ya saben, pero que les da flojera recordar).
No es un crimen tirar basura, el crimen es tirarla en el suelo teniendo a menos de dos pasos un bote adecuado para ello (Esto quiere decir, que la olgazanería no librará a nadie de lo inevitable).
No es un crimen comer carne en Cuaresma, el crimen es decir que se vive Cuaresma cuando aún así se come carne. (Se entendió no?)
No es un crimen decir lo ingenuo que es uno, el crimen es seguir siéndolo aun cuando ya se reconoce. (Esto quiere decir, la ignorancia no es mala, malo es vivir con ella).
No es un crimen ver pornografía, el crimen es que se vuelva una obsesión mal sana.
(Esto quiere decir, que la voluntad debe liderar nuestras acciones).
No es un crimen ofender, el crimen es no saber con lo que se está ofendiendo. (Esto quiere decir, no por que suene fuerte o intimidador significa que en verdad lo sea).
Pondría muchas cosas más, pero estoy cansado, me iré a dormir...claro después de leer un poco el libro apasionante de noche. Acaso estaré cometiendo algún crimen...tal vez existir, eso de seguro lo piensan mis testarudos críticos escondidos en anonimato de las sombras.
Hasta pronto.
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