15 jun 2010

La insoportable levedad del ser


Pues ni hablar, he tenido que reencontrarme en varias ocasiones con Milan Kundera y su famoso librito. No voy a hacer mención alguna a nada que ahí se mencione. No es la intención primaria. Yo vengo a exponer lo que quiere decir, sin tener que escribir un libro para ello, y si no lo quizo decir así...mejor, mi originalidad va en creciente armonía con mi pensamiento.

Solamente quisiera expresar mi opinión al respecto:

> Todo lo que hagamos, todo lo que digamos, todo lo que gozemos por una cierta levedad en nuestras vidas (levedad, me refiero a lo que nos dice la palabra de forma directa, a las cosas leves) es meramente una complicación a la existencia. Uno encuentra mayor motivación en hacer las cosas difíciles, nos aferramos a un sentimiento de autosuperación que nos hace ir más allá de las limitaciones (humanamente hablando). Por lo mismo, viene de manera directa el gran problema de tomar las cosas fáciles. Ciertamente es algo maravilloso realizar las cosas que brillen por su levedad, esas que presumen una simple y sencilla forma de llevarlas a cabo, pero lo cierto es que terminan por ser una denigrante labor. Lo simple se vuelve aburrido, tedioso y un desgarre en cuanto a la fuerza de voluntad. Es una burla al buen entendimiento y al desempeño del humano.

> La levedad solamente impulsa dos cosas:
- La holgazanería
- La mediocridad

> Tarde que temprano pagaremos caro nuestro ingenuo intento de hacer las cosas simplemente porque son fáciles (hablando justamente de nuestro insano creer). Todo lo que se hace de forma fácil...se pierde aun más fácilmente. Es normal entenderlo y aceptarlo...dejar de hacerlo un total infortunio.

> El amor hoy en día es una levedad asfixiante. Amamos (más bien eso creemos hacer) lo que nos resulta fácil, lo que nos conviene de manera inmediata sin pensar en el futuro. Es de sabios enamorarse de un mañana y de tontos enamorarse de un hoy.

> La levedad de ser lleva al hombre a la desesperación por llevar a cabo todo lo fácil a la voz de ya. Si no lo hace, se lamenta como un bobo lo hace sin saber exactamente porqué, pero aun más patético es sentarse a ver, que aunque ya "perdió" esa oportunidad, se empeña en decir que era tan fácil que en cualquier momento lo iba a hacer, simplemente...no fue el momento adecuado. Me burlo y callo, no se puede hacer nada al respecto con mentalidades de ese tipo.

> Esto también influye en ámbitos religiosos. Hoy por hoy la gente no se puede ver haciendo cosas que no le permitan hacer lo que quieran, ven a las religiones como impedimentos a la libertad. Cuando se habla de libertad en la religión es sencillamente hablar sobre el libre alvedrío, nadie debe obligarnos a creer en algo que no queramos creer. Pero...el humano, tan humano...ve que cuando un consejo prudente sale para evitar caer en malos pasos, es una imposición a su forma de vida, la aborrece y estúpidamente cae en el abismo libertino. Hombres...los hombres son solamente duda constante.

Solución: Dejar lo fácil para buscar lo difícil, quien se arriesgue a por lo simple terminará por sentirse torpe cuando otros cuenten sobre los beneficios vividos en el arduo andar repleto de piedras y espinas. La levedad es el enemigo número uno de la voluntad.

Hasta pronto.

No hay comentarios: