25 abr 2009

Solitaria la tarde fue...


Al parecer este asunto de la influenza que azota a nuestra capital realmente ha ocasionado considerables "bajas", me refiero a que no solo las escuelas ni los eventos de entretenimiento popular carecieron de gente, sino que también la epidemia se derramó en lo que son los cafés, pues hoy que acudí por mi cappuccino de la tarde, experimenté una sensación de ausencia...cosa que me paralizó por instantes, pero después como una tajada de nicotina, trajo a mi una gran tranquilidad y algo de paz...creo que me estoy convirtiendo en un ermitaño.

Después de gozar unos deliciosos minutos sin presencia humana, solamente la mía y la de una linda camarera (que por cierto me admiré de que una mujer tan bonita estuviera en un café como mesera y no como una persona famosa), dando nuevos aires a todo el protocolo de esta tarde, parecía que la lluvia me haría retirar pronto del lugar, ubicado entre lo mejor y lo peor de un sabado gris. Ojalá siga así, pues es más placentero poder apreciar el arte que el vacío brinda a un surealista...así es ya descubrí que soy surealista, por eso es que me entiendo con Dalí.

En fin, veamos cuanto dura todo este fenómeno, claro que también se espera que haya cura cuando se necesite para la gente...qué? tal vez sea un ermitaño, más no soy un infeliz.

Hasta pronto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me estoy volviendo locoooo!!!!
Cuanto más durara!!!??
QU3ZADA